El Anticristo, la última obra que empieza a ser escrita por Friedrich Nietzsche antes de su derrumbamiento final en 1888, no es, como ha podido parecer, un simple testamento de un gran filósofo próximo a la locura.
Se trata más bien de la coherente culminación de un pensamiento comprometido con la crítica de los cimientos cristianos de la cultura occidental, así como de un descarnado alegato por una nueva transvaloración de los valores.
En todo caso, un ensayo polémico, actual en pleno siglo XXI, que invita al lector a indagar y sigue dando que hablar y que pensar en un tiempo de encrucijada como el nuestro.
La fuerza, la libertad nacida en la fuerza y plenitud del espíritu, se prueba por el escepticismo. Los hombres de convicción no cuentan para las cuestiones fundamentales de valor.
Las convicciones son cárceles.