Chagall es uno de los artistas más singulares del siglo xx. Adorado por algunos, despachado por otros como fantástico y sentimental, su pintura encierra una cantidad de símbolos y significados ligados tanto a la historia reciente como a las más antiguas tradiciones rusa y judía. El texto de Pieyre de Mandiargues es delicado, original y extraño. Considera a Chagall un «pintor-poeta», le otorga la categoría de «un héroe de nuestro tiempo [cuya obra] es una defensa, una iluminación y una predicación perpetuas del amor»; y tiene razón cuando dice que no hay nada en el mundo en el que vivimos que sea tan moderno como el amor. La suya es una lectura atípica de la obra de Chagall, atrevida en sus referencias a su tendencia a la mística, inteligente al cambiar ese término por el de «mágico». André Pieyre de Mandiargues (París, 1909-1991) fue un novelista, poeta, dramaturgo y ensayista francés, cercano al grupo surrealista. Tradujo, entre otros autores, a Octavio Paz, W.B. Yeats, Alberto Savinio, Salvador Elizondo y Yukio Mishima, y su profunda relación con la pintura –estaba casado con Bona Tibertelli de Pis