Si bien la novela es el territorio por excelencia del universo personal y de la imaginación, tampoco puede faltar en ella la apariencia de verdad. El mundo de ficción debe ser coherente. Este manual ilustra los pasos que hay que dar y los recursos que están al alcance del novelista, a la vez que orienta en la difícil pero imprescindible labor de incorporar la información en la novela sin que se convierta en un obstáculo que entorpezca la lectura.