No se puede realizar una arquitectura de calidad si nuestro estudio no está correctamente organizado; en caso contrario, nuestras energíasse malgastarán en la mera supervivencia. Hoy la actividad profesionalde la arquitectura se ha complicado hasta la extenuación: además deproyectar, debemos gestionar permisos, cumplir normativas variopintasy cambiantes, contratar a colaboradores externos e internos, buscarencargos y presentar concursos, gestionar los recursos económicos para obtener beneficios, controlar y dirigir las obras y, por si fuerapoco, atender una demanda de exigencia creciente por parte de nuestros clientes. Este manual facilita las herramientas básicas para que un estudio, por pequeño que sea, se transforme en una empresa,consiga un verdadero control económico del trabajo y, en consecuencia, libere tiempo y recursos para una actividad de categoría superior...y quizá hasta mejore nuestra calidad de vida (¡ojalá!). Así lo hademostrado José María Gutiérrez Noguera tras una experiencia de varias décadas gestionando una oficina de arquitectura de éxito probado,fruto de la cual son estas