«Por mucho que Cosimo se suba a las copas de los árboles, esconsciente plenamente de que nadie, ni él mismo, puede vivircompletamente solo y aislado, siendo escasos, pero reales, losejemplos de personas que han vivido y viven como auténticos eremitas». Del prólogo de FÉLIX GARCÍA MORIYÓN Cuando tenía doce años, CosimoPiovasco, barón de Rondò, en un acto de rebelión contra la rígidadisciplina familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casapaterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, conoció a la hija delos marqueses de Ondarivia y le anunció su propósito de no bajar nunca de los árboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cosimopermanece fiel a ese principio, sin abandonar nunca esa distancianecesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismotiempo. En esta espléndida obra, auténtica novela de aventurasrebosante de humorismo poético y fantástico, Calvino se enfrenta conel que, según él mismo declaró, es su verdadero tema narrativo: «Unapersona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sín