Algunas decisiones tienen consecuencias imprevistas?No hay nada como tener una entrevista de trabajo muy importante y quemi blusa acabe con una mancha enorme de cerezas y un hombre me pillesemidesnuda porque me he metido en el probador equivocado y acabemos a grito pelado.La guinda del pastel es que cuando llego a la oficina, quien meentrevista es él, el hombre del probador. Al parecer, la junta haobligado a Merrick, tan borde como atractivo, a contratar a unpsicólogo para evitar el alud de demandas y renuncias de losempleados, y él no quiere, así que ha decidido elegir al candidatomenos competente. Y me da el trabajo ¡a mí! Pero estoy decidida ademostrar que merezco el puesto. Solo tengo que evitar distraerme porel camino?