"Jacob y el ángel" es mucho más que una gran poética de nuestro tiempo. Es un clamor empapado de erudición literaria pero sobre todo de emoción. Estamos ante una reflexión profunda acerca de la poesía, de lo que es y de cómo podemos relacionarnos con ella. Haciendo un recorrido por figuras literarias icónicas como Emily Dickinson y Juan Ramón Jiménez, José Luis Rey la retrata como un estado de espera activa, en el que el poeta reside justo en el umbral del espíritu sin pretender nunca adueñarse de él. Es una exploración sobre cómo vivir en la tensión entre el deseo que mueve al escritor de alcanzar su realización y el reconocimiento de que nunca será completamente suya. El autor liga su comprensión del hecho poético a un sentido gnóstico de la vida, instándonos a buscar "la perla" de la verdad poética y espiritual, pero advierte que esta búsqueda podría costarnos todo, incluso nuestro propio ser, como le sucedió a grandes figuras como Rimbaud. Esta obra es, en última instancia, una llamada a sobrevivir la inspiración, a mantenerse en esa constante víspera que es la vida del poeta, la vida de todo aquel que a