Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 el fenómeno yihadista se ha extendido por todo el escenario internacional. Sin embargo, la esencia de la yihad no es homogénea, y no es posible explicar de la misma forma su presencia en Afganistán, en Irak, en Somalia o en el Sahel. El principal objetivo de esta obra es estudiar los grupos armados insurgentes (yihadistas y secesionistas) en el norte de Mali, su evolución y su transición de organizaciones identitarias a bandas criminales. Como veremos, las exigencias morales de estos grupos son a menudo un escaparate que oculta sus verdaderas intenciones: imponerse en el territorio para desplegar redes de economía criminal. El impacto de un lucrativo negocio, basado principalmente en los secuestros y el narcotráfico, explica el desarrollo de la violencia política en el Sahel así como la multiplicación de los grupos armados durante la última década. Aunque los medios de comunicación generalistas y la mayor parte de las instituciones internacionales se refieran a la ola de violencia en la zona como un proceso de afganización, la realidad es mucho más compleja, y