La señora Irene Wagner, joven y elegante dama de la alta burguesía de Viena, tiene por amante a un pianista de poca alcurnia. En realidad, Irene está felizmente casada con un respetable abogado y es madre de unos niños de corta edad; el marido está inmerso en su trabajo, y ella vive rodeada de servidumbre y lujos, no tiene que ocuparse de sus hijos, y sus únicas obligaciones consisten en acudir a fiestas de sociedad y satisfacer sus caprichos. También el amante es otro capricho que encaja perfectamente entre las demás diversiones de su plácida y mullida existencia.
Un día, al salir de una cita clandestina, una desconocida aborda a la señora Wagner y le dice que sabe perfectamente quién es y de dónde viene: es una chantajista. Irene le da dinero para que no la delate. A partir de ahí, su vida se convierte en un infierno de desesperación y miedo. Zweig describe magistralmente el calvario psicológico que recorre la protagonista: la mortal angustia que la atenaza al saber que su bienestar y el de su familia dependen de la voluntad de su torturadora la empujarán a buscar una tremenda solución q