A lo largo de últimas décadas, la producción y el consumo de plásticohan aumentado de una manera imparable, y esta situación se ha vistoagravada a causa de la pandemia mundial de covid-19. En la actualidad, las toneladas de envases y bolsas realizados con plásticos de un solo uso acumuladas en los vertederos es tan elevada que supone unproblema medioambiental inmanejable. Hay plásticos que no se puedenreutilizar y solo disolviendo su estructura, a través de calor yabrasión, es posible reciclar sus componentes; pero este proceso tiene grandes riesgos para la salud debido a la emisión de micropartículasque terminan en el aire que respiramos. Esto lo saben las empresas que producen plástico y las distribuidoras que lo utilizan, pero noparece importarles. Mediante campañas de desinformación tejidas demanera irresponsable por dichas empresas y sus lobbies pertinaces, elplástico se ha introducido progresivamente en la economíaproductiva.Alice Mah, profesora de Estudios Urbanos y Ambientales enla Universidad de Glasgow (Escocia), ofrece un relato claro yconvincente de cómo las empresas petroquímicas productoras de