Este no es un libro académico destinado a estudiantes o profesionales de la psicología. No aborda más que muy someramente los temas clásicos: depresión, ansiedad, adicciones, etc. Tampoco es un libro de auto-ayuda. Aquí no hay recetas mágicas, bobaliconas o métodos infalibles
para afrontar la vida, ni nadie que trate de embaucar al lector con ingenuas promesas sobre cómo alcanzar el éxito social, el crecimiento personal, la sabiduría, la inteligencia emocional ni la felicidad. Nada tiene que ver con todo ello. Con él simplemente el autor ha pretendido analizar los elementos básicos que nos pueden ayudar a "comprender" la conducta humana normal. Sus reflexiones, fundamentalmente críticas hacia una psicología pretendidamente científica y hacia una enorme variedad de opiniones, conceptos, "ideas incuestionables" y "tendencias de última hora", le han conducido a la necesidad de contarnos lo que piensa.
Las diferentes psicologías se llenan de conceptos intangibles: complejo de Edipo, Ello, Yo y SuperYo, asociación clásica e instrumental, arquetipos, consciente e inconsciente, rasgos de carácter... Con ellos el hombre trata de discernir su interioridad, pero no son, en ningún caso, realidades perceptibles ni mensurables, y forman parte de una multiplicidad de enfoques demasiados diversos en el acercamiento a una única realidad.
Todos sus argumentos, toda su capacidad de convicción están puestos al servicio de intentar "demostrar" nuestro universal desconocimiento sobre las conductas y emociones que nos son propias. No trata de plantear una psicología alternativa, sino argumentar la invalidez científica de toda psicología existente. Con la psicología no se puede hacer ciencia, y aquella quedará reducida a mera filosofía, racionalización sin posibilidad de análisis experimental.