La Correspondencia abre el camino de un conocimiento íntimo de Leonia, más preciso que el de una sencilla biografía. A través de las cartas a sus hermanas carmelitas, a otros miembros de la familia o a sus amistades, el lector sigue de cerca su itinerario: sus primeros pasos en la vida religiosa, fracasos, dificultades y sufrimientos físicos, sus relaciones con sus superioras, sus victorias en la aceptación de sí misma.
Leonia, testigo activo en el proceso de beatificación y canonización de santa Teresita, ofrece detalles desconocidos y vivos en su correspondencia con Lisieux. Pero, sobre todo, trasluce la presencia de Teresita del Niño Jesús, su enseñanza,
su ejemplo, su intercesión constante.
El caminito de Teresita, que armoniza con la espiritualidad de san Francisco de Sales, hace de Leonia una auténtica discípula de su hermana.
La que Celia Martin llamaba «la pobre Leonia» es rica de esa pobreza evangélica a la que Cristo prometió el Reino.
Un testimonio lleno de esperanza en los contratiempos de nuestras vidas.