Miles de asesinatos en las fronteras militarizadas de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla. Torturas en prisiones y comisarias. Perfilación racial en las calles. Lawfare y criminalización contra todo aquello que suene a disidencia. Espionaje a activistas. Censura, brutalidad policial, legislación racista disfrazada de antiterrorismo, ilegalización de movimientos democráticos. Esta es la realidad del Estado español.
En los últimos años, han surgido valientes estudios adentrándose en estos y otros crímenes de Estado, que por su frecuencia y rutinización hablan más de un sistema violento de dominación que de excepciones a la norma democrática. ¿Cuál es el punto de origen de este poder colonial, racista y patriarcal? ¿Cuáles son los procesos históricos, políticos y sociales que han llevado a la existencia en democracia de estructuras inherentemente coloniales y fascistas como la Audiencia Nacional? ¿Cómo es posible que la misma institución racista movilizada para vigilar esclavos y asesinar rebeldes en Cuba, Filipinas y Puerto Rico (la Guardia Civil), esté encargada hoy día del control