El libro aborda críticamente los postulados del constitucionalismo feminista, ante el deseo de hacer pasar al Derecho Constitucional por el tamiz (¿el yugo?) del género. En primer lugar, analiza la discriminación interseccional, señalando cómo esta visión es escasamente operativa en la vida real. El texto también profundiza en el rol de la igualdad y la no discriminación en el contexto universitario, examinando cómo las instituciones académicas, en verdad, no perpetúan desigualdades de género.