Monsieur Bibot, el dentista, recibe con enfado dos higos como pago de una mujer pobre que le dice que esas frutas pueden hacer sus sueños realidad. Esa noche Bibot se come uno de los higos. Misteriosamente, descubre que el higo hizo realidad su sueño, y se propone guardar el segundo, sin saber lo que le depara el destino.