¿Puede o debe una tesis descansar sobre un soporte poético?
Me siento incluso tentado de responder: da lo mismo, o bien, no podrá evitarlo.
Pero puestos así ¿por qué preguntar?, si es el azar el que otorga los sentidos permanentes, en cada caso, a las palabras.
Confían Los Torreznos en que los lectores valoren sus textos en el mismo sentido de aplicación que ellos les otorgan, cosa que supone darles una significación única, cuando, por otro lado, están reconociendo el carácter polivalente de esas palabras al azar, de esos 467 términos cogidos al paso y que usan precisamente porque su significado depende de múltiples circunstancias, de las cuales las suyas, las suyas propias, sólo otorgan una pequeñísima muestra.
Como intérprete externo no sé si amoldarme a esas valoraciones suyas o dejar el campo abierto a mis pareceres. Cosa que estoy seguro que cuenta en los cálculos de los autores.
¡Qué suerte la mía por haberme tocado entrar en este discurso, en este dilema de la tesis del azar y del sentido!