Hace apenas un siglo, el universo lo concebíamos como radiación, luzsi se desea, y una pequeña parte de su contenido en forma de materiaformada por átomos. Estos, a su vez, estaban hechos de protones,electrones y, seguramente, aunque aún no confirmado, por neutrones.Analizando primero los rayos cósmicos y después con el desarrollo delos aceleradores de partículas, el mundo quedó fascinado al irsedescubriendo una enormidad de partículas que empezaron a llamarseelementales. Se le llamó el zoo subnuclear, tal era la diversidad quepresentaban sus propiedades. Se puso en cuestión incluso el conceptode elemental, es decir, que muchas de aquellas partículas bien podrían estar formadas por otras. Y así se conjeturaron los quarks y otraspartículas intermediarias de las fuerzas nucleares como el fotón loera de la fuerza electromagnética. Eran los quarks y los gluones entre otros. Incluso la aún misteriosa gravedad tendría que tener sutransmisor en forma de partícula: el llamado gravitón. Y así, poco apoco fue elaborándose el llamado Modelo Estándar de la Física dePartículas. Se clasificó todo aquel maremágnum y las pa