Poco después de haber llegado a Oxford, un joven estudiante argentino encuentra el cadáver de una anciana. Paralelamente a la policía, el muchacho sigue su propia investigación con su maestro, el eminente Arthur Seldom. Los juegos de lenguaje de Wittgenstein, el teorema de Gödel y las sectas antiguas de matemáticas se mezclan en esta novela policíaca. Un magistral acto de prestidigitación con un sorprendente desenlace.