La primera vez que Elizabeth Bennet ve a Fitzwilliam Darcy, el que,según parece, es el soltero de oro del momento, lo considera arrogante y engreído. Para él, ella no es más que una más, a pesar de que esbonita y tiene ingenio. Pero lo peor está por llegar: cuando Lizzydescubre que el señor Darcy se ha entrometido en la naciente relaciónentre su querida hermana Jane y el señor Bingley, entonces sí, estádecidida: lo odiará para siempre.Esta deliciosa y romántica comedia es sin duda una muestra magníficade lo que era el ambiente de la pequeña nobleza y burguesía ruralinglesas, con sus chismorreos, sus bailes, sus idas y venidas y, porencima de todo, destaca una idea: que juzgar a alguien a primera vista no es, ni mucho menos, un acierto.