La tercera novela de Jean Genet y la primera que escribió fuera de la cárcel, con la intención expresa de rendir homenaje a su joven amante Jean Decairn, combatiente de la Resistencia muerto en las barricadas de París en los días de la liberación. «Pero, si esta es la «meta confesada», el libro tal vez tenga, declara su autor, «otras muchas secundarias más imprevisibles».