La universidad ha inspirado una de las experiencias más memorables de la Humanidad: formar una comunidad de buscadores de la verdad y proponer una aventura vivida entre maestros y alumnos, en la certeza de que razonar juntos es una forma de demorarse entre las cosas, escrutar su forma y sus límites, asomarse al borde y arriesgarse a dar un paso más; y en esa búsqueda inacabada ?sabemos? se adensa la conciencia de que la verdad y el bien nos hacen mejores, y prende la energía moral que previene contra todo sectarismo.