La comisión de los delitos de odio a través de Internet ha logrado tener su propio espacio en esta sociedad cada vez más globalizada lo que conduce al planteamiento de un auténtico desafío para los operadores jurídicos. Desde una perspectiva victimológica, es crucial comprender el impacto psicológico y emocional de las víctimas que sufren el acoso, la intimidación y discriminación en línea. Además, la naturaleza anónima que ofrece Internet puede generar importantes dificultades en la identificación y persecución de los responsables.Por su parte, a investigación de este tipo de ilícitos penales conlleva un necesario enfoque multidisciplinar, técnico y jurídico, debido a la complejidad del entorno digital. Deviene necesaria una estrecha colaboración entre los proveedores de servicios para obtener información sobre determinadas direcciones, registros de cuenta y otros datos relevantes. La investigación de los delitos de odio en línea demanda, pues, un enfoque integral, colaborativo y orientado hacia el futuro para así garantizar la identificación de sus responsables y el otorgamiento de una protección a los col