En marzo de 1870 Julián Zugasti fue enviado de gobernador civil aCórdoba, para combatir un alarmante auge del bandolerismo. Elsecuestro en mayo de los Bonell, súbditos británicos, precipitó esacrisis política y desencadenó una represión extrema cuyo principalejecutor fue Zugasti. Tras meses de arrestos y muertes de bandolerosen lances con la Guardia Civil y en conducciones de presos, laoposición alfonsina y republicana clamó en la prensa y las Cortes porla aplicación indiscriminada de la «ley de fugas». Esta campaña acabóa comienzos de 1871 con la salida de Zugasti, quien entre 1876-1880publicó en diez tomos el libro donde relataba su gestión, la defendíade las acusaciones, narraba crímenes y secuestros y analizaba lascausas del problema. Su enorme éxito marcó hondamente la percepción de la criminalidad andaluza y devino en fuente asidua de todo tipo deliteratura, integrándose por derecho propio en las leyendas y mitosdel bandolerismo. En 1934 Benjamín Jarnés lo redujo admirablemente ados tomitos de más agradable lectura, pensada para el público engeneral. Esta excelente versión es la que aquí se recupera, c