«Los cuentos de este libro de Jabbar Yassin Hussin oscilan entre lo fantástico y lo documental, entre sueño y memoria. En alguno, la realidad reciente es insólitamente reflejada en las crónicas árabes del siglo XIII, crónicas que cuentan otras invasiones y otros saqueos, como aquella vez que los invasores mongoles construyeron puentes con los libros de la biblioteca de Bagdad y el Tigris se volvió negro de tinta. En algún otro, Bagdad se convierte en una ciudad del hemisferio sur y el protagonista no es Jabbar sino un cierto Jorge Luis Borges, bibliotecario [ ]» «Jabbar nació en Bagdad en 1954. Unos breves años de periodismo culminaron en una amenaza de muerte; el siguiente paso obligatorio fue el exilio. [ ] Hace ya casi treinta años que Jabbar vive su exilio en Francia, [ ] donde la nostalgia por lo perdido lo impulsó a escribir.» «Los recientes acontecimientos históricos [ ] permitieron a Jabbar, a fines de 2003, regresar al país natal. Allí, entre bombardeos y diplomacias, [ ] encontró ruinas y fantasmas, la biblioteca de Bagdad saqueada y muchos de sus familiares y amigos muertos. Pero un encuentro misterioso marcó aquel regreso. Una mañana, al borde del Tigris, Jabbar vio a un joven sentado en un banco. Se saludaron y al cabo de un momento el joven dijo: Mi abuelo me contaba que los lobos recorrían estos palmerales y destrozaban a quien se arriesgara a pasar por aquí tras el crepúsculo. Jabbar se sobrecogió. El muchacho, ese perfecto desconocido, le había recitado un pasaje de su cuento Tras las huellas de los lobos, incluido en El lector de Bagdad.» Extractos del prólogo de Alberto Manguel