Este libro es un guardián de horizontes, por eso es tan sencillo emocionarse en cada frase, en cada uno de sus recuerdos que con virtuosismo los hace nuestros. Una escritura tan personal, tan fuerte, tan conmovedora que hace posible otro lenguaje, uno cargado de simbolismo sin artefactos, sin fuegos artificiales, sin grandes explosiones, con la renuncia del yo.