Desde que Ernst Mach proclamó que el yo era insalvable hasta que Sigmund Freud describió un yo aprisionado entre las demandas del ello, los imperativos del superyó y las exigencias de la realidad, en la irrepetible Viena fin-de-siècle no dejó de subyugar la estremecedora fragilidad que se adivinaba en un yo ya de por sí evasivo y desconocido. En este volumen se narra cómo aquel contexto cultural marcó de forma indeleble la vida y la obra de Ludwig Wittgenstein, pero también se despliega un abanico de perspectivas que permiten apreciar desde distintos ángulos los diversos abordajes que el filósofo vienés hizo del yo, al que llegó a considerar sucesivamente como sujeto metafísico y como pronombre generador de múltiples y profundas confusiones lingüísticas. Además, en el presente libro se usa también la obra de Wittgenstein como instrumento de análisis para profundizar en el estudio de cuestiones tan diversas como el declive del yo en algunas obras clásicas de la literatura universal, la comprensión de la esquizofrenia, o la posibilidad de influir en el cambio de forma de vida.