Este libro nace de la práctica y de la reflexión de un grupo de docentes comprometidos con la escuela pública, con la intención de que otras y otros, si lo desean, puedan encontrar en él pensamientos y acciones para mejorar sus prácticas inclusivas. Docentes que han comprendido que todo cuanto hacen en sus clases debe tener unos fundamentos epistemológicos, porque sin teoría no puede haber una buena práctica y sin práctica no podemos construir nuevas teorías. Los pilares científicos del Proyecto Roma son: LURIA, VYGOTSKY, BRUNER, DEWEY, FREIRE, HABERMAS, MATURANA, KEMMIS y McTAGGART. Entendiendo, desde las aportaciones de estos autores, que el origen del aprendizaje es social y, por tanto, los procesos de enseñanza-aprendizaje en las aulas han de ser cooperativos y solidarios, y no individuales ni competitivos, de ahí que el aula sea un espacio de indagación, de construcción. De transformación y de convivencia para dar respuesta a situaciones problemáticas de la vida cotidiana, a través de la elaboración de proyectos de investigación. Donde el profesorado y el alumnado se afanan en buscar estrategias para resolver dichas situaciones problemáticas convirtiendo sus clases en comunidades de convivencia y aprendizajes y donde las diferencias humanas son consideradas un valor porque como dice- el autor: mientras haya un alumno o una alumna en una clase que haya perdido su dignidad y no sea respetado como es, que no participe en la construcción del conocimiento con los demás, ni conviva en condiciones equitativas a sus compañeros y compañeras, no habremos alcanzado la educación inclusiva. Es decir, sólo lograremos que el sistema educativo sea equitativo y de calidad cuando las diferencias sean consideradas un valor y no un defecto y las aulas se conviertan en espacios democráticos. El autor ofrece ejemplos de ello en educación infantil, primaria, secundaria y formación profesional.