Pocas veces como en "Grandes esperanzas" se presenta con más plenitudla oportunidad de poder entregarse al placer de leer por leer. Enefecto, las venturas y desventuras que desde su infancia y en lasprimeras líneas empieza a contarnos el huérfano Pip nos arrastran conla fuerza de un río hasta un final feliz -concesión a las convenciones de la época-, aunque teñido de normalidad y melancolía. Entre tanto,y mientras transcurre a lo largo de los años el relato que de su vidanos hace el protagonista, Charles Dickens despliega ante nosotros unagalería inolvidable de personajes -la brutal hermana de Pip y sumarido, el sencillo Joe Gargery; la dulce Biddy, la extravaganteseñorita. Havisham, la desdeñosa y cruel Estella...- sometidos a lasinnumerables contingencias de la vida y de la naturaleza humana:temores, culpas, amores contrariados, accidentes, golpes de fortuna,ilusiones y frustraciones, descubrimientos imprevistos y pequeñasaventuras que dibujan una de las novelas más redondas del escritoringlés.