Esta obra asume la centralidad del discurso intercultural, considerando la migración el detonante de la reclamación sociopolítica de un mundo plural en el contexto de una sociedad globalizada, criticando el multiculturalismo como ?modelo teórico? para interpretar el significado del diálogo intercultural. Propone como alternativa entender la interculturalidad como espacio moral desde una perspectiva de filosofía práctica. Ello permitiría descubrir que asimetría, respeto, dignidad, no-indiferencia y responsabilidad son rasgos de una razón intercultural. De ahí que se hable de razón intercultural encargada de dar cuenta del sentido y significado de un espacio público abierto a todos, entendido como convivencia pacífica, convirtiéndose en referente ético-político para legitimar un verdadero diálogo entre culturas y para poder hablar en serio de filosofía intercultural.