Descartes afirmó que las pasiones del hombre «son intrínsecamente buenas, y que todo lo que tenemos que evitar es su mal uso o su exceso», explorando en este tratado el misterioso problema de la relación entre la mente y el cuerpo. Las pasiones, hasta entonces, eran experiencias, ahora denominadas emociones, y habían sido tema de debate entre los filósofos naturales desde la época de Platón. Notables precursores de Descartes que desarrollaron sus propias teorías de las pasiones son San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Thomas Hobbes. Las pasiones del alma (1649) ?último ensayo publicado en vida de René Descartes, y dedicado a la reina Cristina de Suecia, país donde falleció?, fue incluido por la Iglesia católica en su Index librorum Prohibitorum (Índice de Libros Prohibidos). Mi propósito ?declaró Descartes en una carta a su editor? no es explicar las pasiones como orador, ni siquiera como filósofo, sino únicamente como físico.