Se reeditan aquí los dos discursos leídos ante la Real Academia Española el 29 de noviembre de 1903 con motivo del ingreso en ella de don Antonio Maura, al que contestó don Francisco Silvela y La Vielleuze. Maura no llegaba a la Academia por su producción escrita o publicada, en la práctica inexistente. Fue su prestigio como orador, en el foro y en el parlamento, el que le abrió las puertas de la corporación. Y a la oratoria, casi inevitablemente, estuvo dedicado su discurso de entrada. Su lectura no puede sino resultar aleccionadora en días en que el dominio de la palabra ha dejado de ser cualidad exigida a los gobernantes.