MONEDERO FERNANDEZ-GALA, JUAN CARLOS
Seamos conscientes o no, nos construyen nuestros enemigos. Otra manera de decir que la sociedad siempre está en conflicto. Huir no funciona. Hace más de una década, las señales del agotamiento del modeloneoliberal ya estaban presentes y, sin embargo, no quisimos verlas.Tuvo que entrar en el Capitolio un loco con una piel de bisonte en lacabeza para que las democracias liberales miraran a los ojos almonstruo. Los cambios geopolíticos convocaron a la guerra por primeravez en treinta años en Europa, se consuma un genocidio en Palestina,América Latina es un continente en disputa y las muchas guerras enÁfrica, Oriente Medio y Asia parecen preparativos para un conflictoentre Estados Unidos y China. Un viejo mundo no se quiere marchar y al nuevo no se le deja nacer.Cuando cortamos todas las raíces que nos atan a nuestros principiosmorales, cercenamos nuestra propia humanidad. Y entonces, en nuestrodesgobierno de las palabras tenemos que escribir en el diccionarioecoansiedad o futurofobia, nuevas voces para nuevas realidades.Mientras, la incapacidad para señalar como enemigos el hambre, lapobreza, la enfermedad, la