Nos encontramos en los primeros días de la cuarta revoluciónindustrial, revolución que se caracteriza por la confluenciasimultánea de numerosas tecnologías exponenciales como el big data, la inteligencia artificial o el blockchain; tecnologías emergentes, endefinitiva, que está cambiándolo todo como nunca antes en la historiade la humanidad. Esto supone un auténtico desafío para la sociedad enla que vivimos ya que los datos y su utilización por las grandesplataformas y compañías tecnológicas se han convertido en el petróleodel siglo XXI, un petróleo que no solo permite generar productos yservicios digitales centrados en generar una experiencia de clienteúnica gracias a ser posible perfilar a las personas; sino también, eldesarrollo de inteligencia artificial que puede llegar a predecirnuestras conductas.En aras de preservar nuestras libertades y derechos en los entornosdigitales, la Unión Europea lleva tiempo aprobando medidas normativasno solo novedosas sino también de gran calado con impacto más allá denuestras fronteras. Un claro ejemplo lo vimos recientemente con laaprobación del Reglamento General de Pr