El capítulo I (1543-1559) trata así de sus años como príncipe, marcados por el ascenso meteórico de un secretario andaluz, Francisco de los Cobos, quien comparte el gobierno con el consejero flamenco Nicolás Gravela, a lo que sigue la imposición en la Península de un pariente de Cobos, el secretario Vázquez de Molina, mientras en la Europa del norte asoma la estrella de Francisco de Eraso.
El capítulo II (años 1559-1572) comprende la etapa de esplendor y caída del secretario Eraso, con el telón de fondo de la pugna entre las facciones ebolista y albista en el panorama cortesano., así como la privanza del cardenal Espinosa como supremo consejero y el consiguiente reajuste del aparato de las secretarías, en el que habrán de cobrar especial relieve otros personajes: Pedro de Hoyo en Obras y Bosques; Martín de Gaztelu, que le sucede en esta secretaría y se hace cargo además de las de Patronato y Órdenes Militares; Juan Delgado, secretario de Guerra , y Antoni de Eraso, secretario de Indias.
El capítulo III (1572-158) analiza el apogeo de los secretarios privados (Mateo Vázquez principalmente, pero también Gracián y Santoyo), y dos grandes episodios interconectados -la lucha por la Secretaría del Consejo de Italia, que logrará Gabriel de Zayas, y la salida de Antonio Pérez de la Secretaría de Estado a raíz del asesinato de Escobedo y del affaire Princesa de Éboli-, episodios que marcarán profundamente la vida política nacional e internacional y que en la mecánica de despacho habrán de traducirse en el predominio del consejero flamenco Antonio Granvela.
El capítulo IV asume el estudio de los años finales del reinado (1585-1598), mientras que el V nos expone el sistema de despacho (de boca, por escrito), ordenación de la correspondencia, provisión de vacantes o pagos de atrasos.